eldiario.es: La alegría contagiaba a todos los alcaldes reunidos. Las 21 urgencias rurales cerradas por José Antonio Monago reabrían por completo tras tres años de incertidumbre.
La tijera llegó a estas localidades de la mano de reducciones horarias en algunos casos, y cierres en otros. El 30 por ciento de la asistencia sanitaria extremeña se vio afectada por la medida, según las estimaciones de la Junta.

La mayoría de los regidores escenificaron el momento de la reapertura de todos los ambulatorios en un acto en el que acompañaron al consejero de Sanidad, José María Vergeles. Un momento con el que querían poner fin a una etapa “negra” según comentaban algunos de ellos fuera de cámara. Había muchos alcaldes socialistas, pero a la celebración también se sumaron regidores de PP o los regionalistas de eXtremeños.

Un vecino de Madroñera coloca una pancarta contra el cierre de las urgencias rurales en la localidad / Facebook CONTRA EL CIERRE DE URGENCIAS DE MADROÑERA

"Una auténtica verbena"

Semanas atrás se reabrieron las urgencias de Quintana de la Serena, Madroñera y Jarandilla, bajo un ambiente  festivo. Todos los vecinos salieron a las calles, la algarabía de personas que acudió hasta la puerta del centro sanitario se dejó notar. Las plataformas ciudadanas creadas en estas localidades en defensa de la sanidad respiraban tranquilas.

Esta semana se han reabierto al completo el resto, hasta 21, de manera que han recuperado la normalidad los centros que “nunca se deberían de haber tocado” a juicio de muchos.

“La sanidad es algo que tiene que ser universal, tiene que ser un derecho. Ahora podemos dormir por las noches más tranquilos”. Esta es la reacción de Eugenio Moreno, alcalde de Arroyo de San Serván, un municipio de poco más de 4.000 habitantes donde ahora respiran tranquilos según comenta.

“Al quedarnos sin este servicio por las noches nos sentíamos completamente desprotegidos, porque en nuestro pueblo hay muchas personas de avanzada edad, que lógicamente tenían que echar mano de un familiar, o esperar que llegara la ambulancia”, comentaba momentos después del acto.

Más de 490.000 euros

El consejero José María Vergeles confirmó que esta semana ha concluido la tercera y última etapa por la que se han ido reabriendo todas las urgencias cerradas por el PP. Para ello ha sido necesaria una inversión de más de 490.000 euros, con la que el mapa sanitario extremeño vuelve a estar igual que en mayo de 2012. Se han creado 11 puestos médicos y otros 13 de enfermero.

Un servicio público que había que recuperar por “justicia” según comentó el consejero, con las personas que viven en la Extremadura rural.

Protesta de los vecinos de Quintana con el lema: "Monago, el pueblo que te vio nacer, no merece lo que le vas a hacer"

"Los mayores estaban desprotegidos"

Alegría inmensa también en Jarandilla de la Vera, en el norte de Cáceres. Su alcalde, Fermín Encabo, comenta que todos sienten ahora “un gran descanso”. “Estábamos muy inquietos, no hemos parado de trabajar todos estos años, y al final lo hemos logrado. Alegría inmensa por nuestros mayores, porque si por las noches, dependían de un vecino o un familiar, y nadie control cuándo vas a necesitar una urgencia”.

Lucía Rol, alcaldesa de Madroñera, ha trasladado también la alegría de sus vecinos, que se movilizaron desde el primer momento, “y ese trabajo ha sido un punto bastante influyente para que se abrieran”.

De hecho Madroñera ha sido uno de los referentes en la lucha por la reapertura de las urgencias. Allí la lucha en defensa de su Punto de Atención Continuada les ha cambiado la vida. Han protagonizado decenas de protestas, han gastado suelas en marchas y concentraciones... En este municipio de 3.000 habitantes han cantado a Monago que la “sanidad no se toca” en toda clase de videoclips, a ritmo de rap, bajo grandes dosis de ironía.

Hicieron piña, y se unieron bajo un lema que siempre les ha acompañado: “queremos una asistencia sanitaria en igualdad de condiciones que el resto de extemeños”.

Para muchos, su primer contacto con las movilizaciones. Muchos acudieron a una manifestación por primera vez en su vida, para defender su derecho a la sanidad.