Consecuencias del desmantelamiento de la sanidad pública

Acta Sanitaria: La conversión del cierre del hospital IFEMA en un acto propagandístico del gobierno regional de Madrid lleva al autor a recordar las causas que obligaron a montar un campaña, al tiempo que pone de manifiesto que las principales actuaciones contra la pandemia se llevaron en los hospitales públicos.


Los madrileños hemos visto por desgracia numerosos de actos de propaganda por parte de los sucesivos gobiernos del Partido Popular (PP) en la Comunidad de Madrid. Conviene recordar a la Sra Aguirre poniendo en varias ocasiones la misma primera piedra, anunciando la inauguración de hospitales otorgados a empresas privadas que entraron en funcionamiento con retraso significativo respecto a lo prometido, así como las apariciones reiteradas en los medios de la entonces presidenta prometiendo que los madrileñ@s serían intervenidos quirúrgicamente en treinta días como máximo, una mentira más que nunca consiguió, a pesar de las trampas que hacía en los datos que aportaba sobre listas de espera. Podríamos enumerar bastantes ejemplos más de actos propagandísticos engañosos por parte de los sucesivos gobiernos del PP en la Comunidad de Madrid que causaban vergüenza ajena y sólo eran ensalzados por los medios afines.

Lo expuesto anteriormente es grave que se produzca en un sistema democrático, pues esas campañas de propaganda no consiguieron ningún resultado positivo para la sociedad madrileña, se pagaron con dinero público, generaron un enorme despilfarro con fines partidistas y coincidieron con la corrupción generalizada que ha llevado a los tribunales a la plana mayor del Partido Popular y de los gobiernos de esta formación en la Comunidad de Madrid. Ahora bien, nada de lo anterior puede equipararse al ejercicio de irresponsabilidad y falta de respeto a la ciudadanía que ha supuesto el acto de propaganda partidista llevado a cabo por la Sra. Ayuso y su gobierno con ocasión del anunciado cierre del hospital montado deprisa y corriendo en IFEMA como consecuencia del colapso de los hospitales públicos desmantelados por el Partido Popular desde hace casi dos décadas y que, a pesar de ello, han sido los verdaderos diques que han contenido la eclosión de la pandemia a costa de asumir sus profesionales graves riesgos innecesarios por carecer de los elementales medios de protección que deberían haber provisto los responsables competentes de su planificación y gestión, es decir la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Competencia de la Comunidad Autónoma

El estado de alarma no puede suponer que algunos responsables madrileños, empezando por la Sra. Ayuso, traten de eludir su responsabilidad en la caótica gestión sanitaria que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha llevado a cabo desde el comienzo de la pandemia

En este punto creo oportuno recordar, para conocimiento de los ciudadanos, que el estado de alarma no elimina ninguna competencia de las Comunidades Autónomas y, en consecuencia, tampoco ninguna responsabilidad. Al Gobierno de España el decreto de alarma por emergencia sanitaria, una vez publicado, le otorga el papel de Autoridad Competente y, por tanto, de establecer las normas que regirán para todo el país. En un estado descentralizado como el nuestro, la ejecución de muchas de las medidas adoptadas lo serán por las autoridades de las distintas autonomías, más aún en esta pandemia toda vez que la sanidad hace casi dos décadas está transferida a las Comunidades, por lo que la lealtad institucional se hace en esta situación imprescindible.

El estado de alarma no es el artículo 155 de nuestra Carta Magna. Es lícito criticar al Gobierno de España si las decisiones que toma, o haya tomado, se consideran erróneas, pero ello no puede suponer que algunos responsables madrileños, empezando por la Sra. Ayuso, traten de eludir su responsabilidad en la caótica gestión sanitaria que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha llevado a cabo desde el comienzo de la pandemia. Ni tenían un plan ni han sido capaces de desarrollarlo a lo largo de la pandemia; no son afirmaciones mías, sino que han sido críticas vertidas por profesionales sanitarios de los hospitales madrileños que han tenido que autoorganizarse en ausencia de directrices claras y formar grupos de washap para intercambiarse información.

Circunstancias del hospital IFEMA

Analicemos ahora a que se debió la necesidad imperiosa de tener que poner en marcha, deprisa, corriendo y con un enorme desorden inicial, el hospital de campaña en IFEMA. Veamos:

1- En primer lugar debo manifestar que mi texto no supone en modo alguno ninguna crítica a los profesionales y trabajadores sanitarios que han desempeñado su labor en este hospital de campaña; han trabajado con entrega máxima, han superado el enorme desorden de los primeros días y muchos de ellos eran profesionales de la Atención Primaria que abandonaban su lugar habitual de trabajo, los Centros de Salud, que quedaban muy disminuidos de recursos humanos.

2- Para entender por qué hubo que recurrir a tener que instalar un hospital de campaña para aliviar la situación de colapso de los hospitales públicos madrileños se hace necesario, en mi opinión, analizar la evolución de la sanidad pública en la Comunidad los últimos años y utilizaré para ello no datos sospechosos de provenir de publicaciones filocomunistas, sino las memorias oficiales del Servicio Madrileño de Salud ( SERMAS) de los años 2007, 2011 y 2018, de donde solamente extraeré los parámetros que considero más relevantes para entender por qué el sistema se vio desbordado y hubo que acudir a esta vía de urgencia.

Año 2007. Los recursos humanos totales del SERMAS en ese año eran, a 31 de diciembre, de 73.706 efectivos para una población con derecho a la asistencia de 6.162.291 personas; el número total de camas hospitalarias era de 13.449 ( aún no funcionaba ningún hospital de los construidos con financiación privada) y había 257 Centros de Salud y 162 consultorios locales.
Año 2011. Los recursos humanos totales eran 75.074 efectivos para una población con derecho a la asistencia de 6.405.957 personas; el número total de camas hospitalarias era de 15.459 ( funcionaban ya los nuevos hospitales) y había 260 Centros de Salud y 162 consultorios locales.
Año 2018. Los recursos humanos totales eran 72.193 efectivos para una población con derecho a la asistencia de 6.784.804 personas; el número total de camas hospitalarias era de 14.334 y había 266 Centros de Salud y 163 consultorios locales.

Ignorancia de gestión sanitaria de la Sra. Ayuso

La Sra. Ayuso debería aprender algo de gestión sanitaria y, sobre todo, conocer lo que ocurre en el sistema sanitario público del que es la máxima responsable y quizá así, cuando hable de la sanidad, daría datos veraces y no informaciones erróneas con tufo partidista

La Sra. Ayuso debería aprender algo de gestión sanitaria y, sobre todo, conocer lo que ocurre en el sistema sanitario público del que es la máxima responsable y quizá así, cuando hable de la sanidad, daría datos veraces y no informaciones erróneas con tufo partidista. Lo cierto es que, con 9 hospitales más (el caso del hospital Puerta de Hierro fue un traslado de un hospital más antiguo a otro moderno y con mejores instalaciones), la Comunidad de Madrid tenía a 31 diciembre de 2018 un número de camas hospitalarias menor en 1.125 respecto a la misma fecha del año 2011 y para atender a una población que se había incrementado en 378.847 personas y, al unísono, en ese mismo periodo solo se había aumentado en 6 el número de Centros de Salud más 1 consultorio local más. Para concluir este apartado y no abrumar con muchas cifras, es muy importante reseñar que los efectivos totales del SERMAS en este periodo 2011-2018 se habían reducido en 1,225 personas. Sra. Presidenta Ayuso: ¿Estos datos que figuran en sus memorias oficiales no demuestran que su gobierno sigue haciendo importantes recortes en el sistema sanitario público madrileño? ¿No demuestran también que la sanidad madrileña no ha mejorado con las privatizaciones realizadas por su partido desde hace dos décadas, sino que sólo ha beneficiado al sector privado? ¿No es razonable pensar que, sin esos recortes, los profesionales sanitarios hubieran afrontado menores riesgos y hubieran trabajado en mejores condiciones en esta pandemia?¿No parece razonable pensar que el hospital de campaña de IFEMA quizá no hubiera sido necesario instalarlo?.

Propaganda irresponsable

3- Vayamos ahora al acto celebrado el viernes 1 de mayo en IFEMA con la excusa del cierre del hospital de campaña. Tal como titula este texto fue un acto de propaganda obsceno y, además, mostró a quienes vieran las imágenes un nivel de irresponsabilidad por parte de las autoridades madrileñas que debería ser investigado.

La propaganda, incluso tan chabacana como la del IFEMA, es para engañar a muchos ingenuos ciudadanos y ocultar su total ineptitud para gestionar los servicios públicos

Hablemos primero de propaganda. El Partido Popular en Madrid, desde la llegada de Aguirre a la Presidencia tras el nunca aclarado tamayazo, ha tenido una forma de ejercer el poder que se ha caracterizado por la opacidad y falta de trasparencia en sus acciones de gobierno, negando a la oposición y agentes sociales la información que éstos legítimamente le reclamaban, y por realizar con dinero público campañas de propaganda con promesas engañosas que nunca se cumplieron. De la opacidad y falta de trasparencia, los madrileños supimos después por qué la practicaban: para que no se descubrieran las irregularidades y casos de corrupción que hoy tienen imputados a la plana mayor del PP en Madrid durante muchos años. La propaganda, incluso tan chabacana como la del viernes en IFEMA, es para engañar a muchos ingenuos ciudadanos y ocultar su total ineptitud para gestionar los servicios públicos y su connivencia con el sector privado.

Mas por muchos actos de propaganda tan obscenos que realicen no pueden ocultar la pésima gestión que han hecho y siguen haciendo durante la pandemia; sus recortes, su ineptitud y su desprecio continuado por lo público harán que los madrileños suframos más en esta crisis que otros territorios del Estado. Sra Presidenta, no es de recibo que trate de culpar de todo al Presidente del Gobierno, precisamente usted que ha demostrado en esta crisis que no da la talla como máximo responsable político de la Comunidad poniendo en mal lugar la Institución que representa. Seguramente no lo puede evitar es el argumentario de su partido, primero los actos de propaganda partidista y después cumplir alguna de sus obligaciones. La presidenta ha abandonado o no ha estado presente en su totalidad en dos conferencias del Presidente Sánchez con todos los presidentes autonómicos por motivos tan trascendentales como asistir a una misa o hacerse una foto en un avión que traía material desde China. ¿Es ese un comportamiento responsable de una presidenta de Comunidad Autónoma en momentos como los actuales? ¿Qué propuestas constructivas ha aportado la presidenta Ayuso? Acaso convertir la sanidad en una industria como dijo días pasados. El Partido Popular debería asumir que la sanidad no es un negocio, es un pilar básico del estado de bienestar y es el servicio público que ha salvado en esta pandemia a miles y miles de españoles.

Irresponsabilidad manifiesta

4- Hablemos ahora de la irresponsabilidad que cometieron quienes organizaron esa fiesta  propia de una película de Berlanga en ese acto de cierre del hospital de IFEMA. Fue lamentable ver las imágenes de altos representantes de la administración regional no respetando la distancia social exigida a todos los españoles, cuando el espacio era suficientemente amplio para poder respetarla y permitir que se produjeran aglomeraciones de personas que no están permitidas con el estado de alarma en vigor. ¿Qué creían estos señores, podríamos estar pensando los madrileños que estamos cumpliendo a rajatabla el confinamiento que está permitiendo doblegar la pandemia? ¿Es ese el respeto que estos señores tienen por la salud colectiva y el interés general?. El esperpento en que se convirtió este acto llegó a su máximo nivel cuando la Sra. Presidente subió a una furgoneta preparada para dar algunos alimentos y comenzó a repartir bocadillos a varias personas, entre ellas algunas altas autoridades de la administración madrileña, allí me vino a la cabeza esa maravillosa película de Berlanga: Bienvenido Mister Marshall , estrenada en 1953 y cómo, a pesar del tiempo, sigue siendo muy actual.

Para concluir quiero manifestar mi profundo disgusto porque a ese acto de propaganda propio de países tercermundistas asistiesen miembros muy cualificados de la oposición política en la Asamblea de Madrid. Sus votantes no creo estén muy contentos con su decisión de acudir; si quieren de verdad agradecer a los profesionales sanitarios su labor inmensa para parar la pandemia, acudan a todos y cada uno de los hospitales públicos de Madrid que es allí donde se han producido las situaciones más difíciles y han sido los verdaderos diques que la han contenido. Quiero pensar que no creían el acto se desarrollaría así. Si así hubiese sido, créanme han demostrado ustedes una ingenuidad política monumental.

He leído en algún medio de comunicación que la Delegación del Gobierno va a investigar lo ocurrido en IFEMA. Espero que así se haga y, si se ha producido alguna violación de lo estipulado en el decreto del estado de alarma, se actúe en consecuencia.

 

 

Carlos Barra Galán

Médico Especialista Jubilado. Licenciado en Derecho


 

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