nuevatribuna.es: Alrededor de un millar de personas se han concentrado este martes para solicitar que se inicie el procedimiento de estudio para el establecimiento de coeficientes reductores dirigidos a rebajar a los 60 años la edad de jubilación en las actividades sanitarias y sociosanitarias.
Una movilización convocada por la FSS-CCOO, después que no haber obtenido respuesta alguna al escrito que dirigió el pasado mes de octubre ante la Dirección de la Seguridad Social, explica el sindicato en un comunicado.
Según el artículo 206 de la Ley General de la Seguridad Social, la edad ordinaria de jubilación puede ser rebajada o anticipada en aquellos grupos o actividades profesionales, cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, peligrosa, tóxica o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad o mortalidad.
Para la FSS-CCOO, el trabajo sanitario y sociosanitario requiere una elevada demanda física y psíquica. “A medida que aumenta la edad de los trabajadores, simultáneamente va creciendo el tiempo que llevan desempeñando ese trabajo, generando un desequilibrio obvio entre las capacidades de los profesionales, y los requerimientos del puesto de trabajo. Y todo ello, condicionado por unas condiciones de trabajo caracterizadas por altos índices de siniestralidad, peligrosidad, insalubridad, toxicidad, turnicidad y trabajo nocturno”, afirma.
Según los datos aportados por CCOO, el personal sanitario, con las guardias, trabaja en 30 años el equivalente a más de 40 años de otras profesiones. Además, estos profesionales ostentan un elevado índice de accidentes y enfermedades profesionales.
Dado que su principal actividad consiste en el tratamiento y el cuidado de enfermos, los problemas de salud laboral más importantes que sufre este personal proviene del contacto físico y emocional que establece con los pacientes.
A las lesiones musculoesqueléticas ocasionadas por la carga de trabajo y la manipulación de enfermos, hay que sumar las patologías de origen psicosocial (ansiedad, depresión, alteraciones digestivas, trastornos del sueño, etc.) impulsadas por situaciones de estrés o de burnout (incapacidad de soportar la elevada demanda emocional asociada al trabajo).
“Los fracasos terapéuticos, la atención especial que necesitan muchos enfermos, los casos urgentes, el trabajo a turnos, la forma de organizar el trabajo, la escasez de recursos, etc.”, son factores determinantes para la aparición de estos riesgos, afirma el sindicato.
A ello se suma el contagio de enfermedades, más o menos peligrosas, como la tuberculosis, la hepatitis B y C o el SIDA, y actualmente el Covid-19.
Según los datos del Instituto de salud Carlos III, desde junio del 2020 hasta la actualidad, se han infectado de Covid 259.681 profesionales de los sectores sanitarios y sociosanitarios, de los cuales, una gran cantidad de estos sufren Covid persistente, por el que se produce un mantenimiento de los síntomas por encima del tiempo que se considera normal en esta enfermedad.
Por ello, el sindicato pide que todo esto se tenga en cuenta a la hora de la jubilación, “porque merece un tratamiento especial aplicando un factor de corrección en los años cotizados, como en otras profesiones con penosidad, peligrosidad, responsabilidad y exigencias similares”.