EL PAÍS: La Comisión Europea asegura que España ha hecho esfuerzos para aumentar la eficiencia y el control del gasto en asistencia sanitaria, pero las medidas impuestas con la reforma de 2012 han derivado también en efectos indeseados, como el aumento de las listas de espera o el del número de reclamaciones relativas a las restricciones de acceso a la asistencia sanitaria. El documento de trabajo que acompaña a las recomendaciones que la Comisión Europea ha remitido este lunes a España señala también que es necesario realizar un seguimiento y una evaluación de los efectos de la reforma "a fin de prevenir efectos no deseados".

"Se ha observado un aumento de las listas de espera", señala el documento de Bruselas, "a pesar de las iniciativas para garantizar la accesibilidad de los grupos vulnerables". El texto menciona también que "al pasarse de un sistema de sanidad universal a un sistema basado en un enfoque de cobertura, aumentó el número de reclamaciones relativas a las restricciones de acceso". El Gobierno de Mariano Rajoy aprobó en 2012 un real decreto (16/2012) que modificó las condiciones de acceso a la asistencia sanitaria. El ciudadano pasó de beneficiario de un derecho a asegurado en un servicio. La reforma dejó fuera de la asistencia normalizada a los inmigrantes en situación irregular, entre otros.

La situación de las listas de espera en la actualidad es, pese a la afirmación de la Comisión Europea, una incógnita. El Ministerio de Sanidad lleva prácticamente un año sin informar de esos datos. La última vez que ofreció información sobre listas de espera fue en agosto de 2013, y se refería a la situación de diciembre de 2012. Es decir, se desconoce cómo evoluciona este indicador de la calidad de los servicios sanitarios desde hace año y medio. Según los últimos datos revelados por el Ministerio, las listas batieron su propio récord al pasar de 76 a 100 días de espera media en solo seis meses.

La Comisión Europea recuerda que prosigue la aplicación de las medidas y afirma que "habrá que realizar un seguimiento y una evaluación de los efectos de las reformas recientes a fin de prevenir efectos no deseados". Esos son, entre otros, el aumento de las listas de espera y las restricciones de acceso a la asistencia sanitaria. Pasados más de dos años de la reforma, el Ministerio de Sanidad no ha realizado evaluación alguna sobre lo ahorrado con cada una de las medidas ni los efectos, positivos o negativos, que han tenido sobre la población.

El documento de trabajo de Bruselas incluye un cuadro en el que aparece la evolución del gasto en prestaciones sociales, medido en porcentaje sobre el producto interior bruto (PIB). En el caso del presupuesto destinado a "enfermedad y asistencia sanitaria", se aprecia un descenso de tres décimas entre 2009 y 2011, último año recogido. Si en 2009 la asistencia sanitaria suponía el 7,3% del PIB, en 2011 esa cantidad ya había bajado al 7%.

Las recomendaciones de la Comisión insisten en continuar con los recortes, también en las partidas sanitarias: "Seguir aumentando la eficiencia del sector de la asistencia sanitaria, sobre todo aumentando la racionalización del gasto farmacéutico, particularmente en los hospitales e intensificando la coordinación entre los distintos tipos de asistencia, preservando al mismo tiempo la accesibilidad para los grupos vulnerables", señala.