eldiarionorte.es: La privatización de las cocinas, la unificación de los laboratorios, el retraso en los preparativos de las nuevas Urgencias, la información sobre el cierre de camas en verano… En cada tema, una polémica. Así es el Servicio Navarro de Salud, una de las áreas de gobierno más cercanas al ciudadano y una donde, según los sindicatos y los grupos de la oposición, más se han notado la crisis y los recortes. La presidenta de la Comisión de Personal del Complejo Hospitalario de Navarra, Begoña Ruiz, repasa uno a uno estos conflictos y argumenta por qué, pese a esta larga lista de conflictos, los pacientes puntúan con un 7,27 la sanidad pública navarra, casi un punto más que la española. Ruiz, que ostenta este cargo (es rotatorio y cambiará en octubre) como representante del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) valora sin embargo estos resultados como una muestra de la calidad “del personal, pero no del sistema”.
¿Cuál es el estado de salud del Sistema Navarro de Salud?
Pues se ha deteriorado, al menos desde hace cuatro años. ¿Y en qué se nota? Pues en que hay menos personal trabajando, y eso repercute en la calidad, las listas de espera han aumentado, hemos pasado a tener servicios privatizados, los pacientes se quejan…
¿Lo atribuye a la crisis?
A a crisis y a la gestión. Privatizar es un interés más particular de este gobierno que otra cosa.
Sin embargo, según el barómetro sanitario anunciado el pasado 30 de julio, el 80% de los encuestados considera que el sistema funciona bastante bien. De hecho, lo premia con un notable: un 7,27. ¿Cómo explica que lo valoren incluso con un punto por encima de la media estatal?
Pues no sé cómo están en el resto de España, igual es que somos afortunados, pero que no estábamos como estábamos está claro. Igual es que, cuando a alguien le atienden y le curan, termina contento con el personal, pero igual estaban más contentos hace cuatro años.
El Gobierno ha anunciado, ya en dos ocasiones, la reducción de la lista de espera. Por ejemplo, en junio se redujo en tres días respecto a abril y se quedó en 75 días.
Sí, anunciaron cierta mejoría y también que se podría consultar cuándo estaba previsto que te operaran por Internet… Pero no deja de ser escandaloso que hablemos de 80 o 70 días de espera. ¿Y la cita con el especialista? ¿Cuánto tardan? Primero pides hora con el médico de cabecera y tienes suerte si te la dan en el día, luego con el especialista y ya veremos cuando llega… Eso no lo dicen.
¿Quiere decir que se anuncian solo los datos que benefician al Gobierno?
Claro. Y hay que tener en cuenta que, mientras esperas a una operación, puedes estar de baja, y eso también tiene un coste para el sistema.
¿En qué se ha notado la reducción de personal?
En el caso de los técnicos de Enfermería, por ejemplo, nuestra última Oferta Pública de Empleo fue en 2008, estaba publicada que habría otra en 2009, y la paralizaron. El último personal fijo que entró fue en 2010. Así que, desde 2008 hasta 2013, con toda la gente que se ha jubilado o se ha marchado… Hay un índice de eventualidad muy alto.
Pero de Enfermería ha habido hace poco.
Sí, la convocaron a la vez que la nuestra, pero en nuestro caso se paralizó.
Pues parece que todavía pesa esa sensación de que, si estudio para ser personal sanitario, lo mejor es trabajar para el sistema público.
Ya. Pues mira nuestra categoría: si terminaste en 2008, llevarías seis años con el título, trabajando de forma eventual, en los días en los que no quiere nadie, sin lista, y, hasta que convoquen una OPE, otros dos años más no te quita nadie.
¿Qué se ha privatizado ya y qué se puede privatizar más?
Las cocinas, los laboratorios, el servicio de limpieza, las colonoscopias ahora las hacen en la clínica San Miguel…
Cada caso ha sido polémico. Por ejemplo, ¿se esperaba el informe de Comptos sobre que la privatización de las cocinas no ha supuesto un ahorro?
Creo que todos los sindicatos nos lo esperábamos. Sabíamos que no había ahorro.
Pero, frente a las quejas que hubo en un primer momento sobre la pobre calidad del servicio privatizado, ahora las protestas parecen haberse relajado.
No sé si se ha calmado, pero ahora es verdad que han implantado mejoras. Por ejemplo, antes los carros de la comida tenían retermalización y terminaban de hacer la comida, y ahora no. Claro, mediante las quejas de los pacientes, habrán mejorado la calidad de las comidas. Pero en ningún caso llegarán a la calidad que había antes.
¿Nunca volverán las cocinas a ser de gestión directa?
Ojalá, pero no lo creo. Desde luego con este gobierno no.
Otro tema es la unificación de los laboratorios. Grupos como Geroa Bai han denunciado que ahora se retrasan las analíticas y que el servicio está colapsado.
Ahora, para ciertas analíticas, se derivan. Y esa derivación hace que pierdas tiempo, porque esa muestra antes no viajaba. ¿Si eso supone ahorro? Pues como hasta ahora no han soltado prenda, no sabemos si lo estarán consiguiendo.
¿Cómo van los preparativos de la unificación de las Urgencias, en el nuevo edificio situado junto al Hospital de Navarra?
Tiempo han tenido. El edificio está hecho y lleva dos años así. Anunciaron que lo iban a abrir, y el equipo médico ya está distribuido. Pero el problema es el resto del personal: enfermería, celadores, auxiliares, radiodiagnóstico, laboratorios… Habrá una puerta única de Urgencias y ahí te derivarán, pero las formas de trabajar en unas Urgencias y otras no son las mismas. Y, de repente, se anunció la explicación para los trabajadores en pleno verano. Por eso les pedimos que lo retrasaran, porque al final no se resolvieron las dudas pendientes. Quieren abrir el 8 de octubre a las 08:00 horas, y quieren seguir adelante. Parece más una inauguración política que funcional, aunque está claro que los trabajadores se implicarán.
¿Cómo es la gestión de Vera? Está claro que el deterioro en el Sistema Navarro de Salud ha sido claro. No hay planificación
Su sensación es que allá donde se ha podido, se ha privatizado.
Sí.
¿Cómo valora el trabajo de la consejera, Marta Vera? ¿Han mantenido contacto con ella?
Nosotros trabajamos más con la Dirección de Recursos Humanos, aunque están en el mismo barco.
Pero está claro que Vera ha sido una de las consejeras más criticadas de este Gobierno.
Sí, pues sí, pero aguanta. El año que viene habrá elecciones y veremos qué pesa. Pero está claro que el deterioro ha sido claro. No hay planificación.
Un tema que ha dado mucho que hablar ha sido el cierre de camas durante el verano. ¿Ha tenido más repercusión que otros veranos?
Nosotros hemos calculado que está dentro de la media de todos los veranos, para responder a las vacaciones del personal.
Entonces, ¿por qué no han hecho públicos antes los datos?
Eso sorprende más, porque los datos los tienen.
¿Cuáles deberían ser, para usted, las necesidades más básicas del Sistema Navarro de Salud?
Lo primero, consultar a los profesionales, que son los que ven las necesidades; lo segundo, estructurar las actuaciones, porque las cosas no se pueden hacer de un día para otro; y, por último, potenciar la productividad con personal público, sin privatizar. Porque, al final, privatizar sale más caro.