PÚBLICO: La medida de la eficiencia de los hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS), entendida como la capacidad de prestar los servicios sanitarios óptimos con el menor volumen posible de recursos, es muy importante para evaluar y valorar la utilización de los impuestos que pagan los ciudadanos.
Asimismo, conocer las variables que inciden en un mayor grado de eficiencia es imprescindible si queremos mejorar el comportamiento de estos hospitales a partir de la mejor evidencia empírica disponible. En la actualidad, la eficiencia se ha convertido en uno de los campos más dinámicos de la agenda de investigación en servicios sanitarios.
Recientemente, un grupo de investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública, la Universidad de Granada y la Universidad de Jaén han aplicado un método de análisis que combina técnicas de investigación operativa (Análisis Envolvente de Datos – Data Envelopment Analysis) y técnicas estadísticas (modelos de regresión lineal multinivel) para medir la eficiencia del conjunto de hospitales del SNS financiados públicamente en las 17 comunidades autónomas de España y estudiar sus variables explicativas.
De la investigación y el análisis se extraen varias conclusiones:
El estudio ha sido posible gracias a la elaboración de una amplia base de datos formada por 230 hospitales generales del SNS, y se han tomado en consideración tanto los recursos empleados como la actividad asistencial realizada entre 2010 y 2012. No se han incluido los hospitales de tamaño reducido (aquellos que tienen menos de 50 camas), los especializados (monográficos) que no forman parte de un complejo hospitalario, los hospitales privados que no están financiados por la sanidad pública y los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Para medir la eficiencia, se han analizado los recursos profesionales y materiales que utiliza cada hospital, así como la actividad clínica que realiza. En particular, como recursos del hospital se incluyen: las camas instaladas, el personal a tiempo completo (diferenciando entre personal facultativo, otro personal sanitario y personal no sanitario) y el gasto en el que incurre el hospital en compras y servicios exteriores adquiridos.
La actividad del hospital incluye: las altas hospitalarias (ajustadas por su grado de complejidad), las consultas de especialidades, las urgencias atendidas que no requieren del ingreso hospitalario del paciente y las cirugías sin ingreso (procedimientos de cirugía mayor ambulatoria).
Como variables explicativas de la eficiencia, se han tenido en cuenta fundamentalmente el tipo de propiedad (pública o privada) y el modelo de gestión de cada uno de los hospitales del SNS.
Así, en este estudio se incluyen empresas públicas sanitarias como el Hospital Costa del Sol de Marbella, fundaciones público sanitarias como el Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid, los consorcios hospitalarios característicos del sistema sanitario público de Catalunya, los hospitales de propiedad privada que están integrados en la red hospitalaria pública, entre los que se encuentra el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (de naturaleza lucrativa) y los hospitales de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (no lucrativos), o los modelos de Colaboración Público Privada, como son las concesiones administrativas sanitarias de la Comunidad Valenciana (Hospital de Alzira) o los nuevos hospitales públicos de Madrid en los que los servicios no sanitarios son gestionados por empresas privadas.
A nivel regional, se han tenido en cuenta las características geográficas, poblacionales, económicas y sanitarias de cada comunidad autónoma, considerando entre otras variables la insularidad de la región, el índice de envejecimiento o la renta media anual por hogar.
Los resultados de este trabajo deben completarse con posteriores investigaciones que los refuten o confirmen. Mejoras metodológicas y de base de datos podrían proporcionar resultados más detallados y útiles para la sociedad.
Medir cuidadosamente la eficiencia hospitalaria es fundamental para diseñar la política sanitaria teniendo en cuenta la mejor información disponible, aunque siempre sea imperfecta y provisional. Como dijo Karl Popper, cualquier explicación de un fenómeno necesita de una explicación posterior.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation