Arranca una campaña para evitar la exclusión sanitaria al volver a España

PÚBLICO: El movimiento social que lucha por los derechos de los españoles emigrados, Marea Granate, lanza este jueves una campaña en redes sociales junto con el colectivo 'Yo sí, sanidad universal' para denunciar la exclusión sanitaria que experimentan muchas personas que retornan tras vivir un tiempo en otros países. Hay quienes son dados de baja del sistema y no conocen la burocracia que hay que hacer para poder volver a entrar en el mismo. 


Este tiempo de vacío se complica si la persona tiene una enfermedad crónica, puesto que la cobertura no es total, ni tampoco las administraciones se ponen de acuerdo en cómo volver a introducirlos en el sistema. Cada Comunidad Autónoma tiene su propia legislación al respecto, a causa de que las competencias en materia sanitaria están transferidas y no conciernen al estado central. La baja del sistema sanitario se puede producir por varias vías: porque la persona se inscriba en el consulado como residente y cause baja en el padrón de su localidad (esta es una de las modalidades imprescindibles para votar, ya que sólo se puede disfrutar durante un año de la inscripción consultar como no residente, o temporal) o porque ya disfrute de un seguro médico propio en países donde es obligatorio tenerlo. Es el caso de Alemania, que ofrece una Tarjeta Sanitaria Europea con la que se puede recibir asistencia médica en España, a pesar de ser nativo. Muchas veces esta es la opción más sencilla, aunque en la mayoría de los casos se siguen usando ambas tarjetas para garantizarse la cobertura total tanto en el país originario, como en el de acogida.

Esperanza Zanco es una madrileña que emigró a Centroamérica hace tres años. Al regresar a España debido a un problema de salud el pasado julio, tuvo que recibir atención médica. Desde su regreso hasta noviembre, la cobertura recibida fue la usual, sin problemas para utilizar la tarjeta sanitaria. Pero el diagnóstico no era claro y decidió consultar con la Unidad de enfermedades tropicales de otro hospital. Al llegar a la ventanilla, la administrativa le comenta que su tarjeta sanitaria no está activa y que, por tanto, no puede darle una cita para el especialista. “Le contesté, asombrada, que había estado utilizando hasta ahora la tarjeta sanitaria sin impedimentos. Su respuesta fue un interrogatorio en el que además de preguntarme si trabajaba (su problema de salud le impide trabajar), me preguntó que si tenía marido, supongo que para buscar alguna fórmula administrativa válida para recibir la asistencia. Me dijo que las leyes habían cambiado y que si no estaba trabajando o cobrando la prestación por desempleo, sólo tenía derecho a atención primaria y a urgencias”.

La cosa se agravó cuando la empleada le dijo que si le daban cita con esa tarjeta, tendría que pagar por la asistencia mientras le interpelaba que estaba “utilizando mal” su tarjeta sanitaria, un hecho en el que “actúas bajo tu propia responsabilidad”, le argumentó. Resignada, debido a la urgencia del asunto, aceptó y preguntó que cuánto tendría que pagar. No hubo respuesta, pues en ocasiones ni los administrativos saben cómo tarifar las consultas médicas o las pruebas de diagnóstico. Esto es el resultado del recorte sanitario que hizo el Partido Popular hace tres años, el Real Decreto 16/2012, que fulminó la cobertura universal y en el que no se especifica claramente qué hacer con las personas que han emigrado y regresan.

La asistencia también se complica cuando se viaja a España sólo de vacaciones. Así le ocurrió a Jorge Castrillón, vallisoletano residente en Montevideo. “En el centro de salud me remitieron a la Consejería de Sanidad. Allí me dijeron que tenía que hacer un trámite ‘un poco complicado’ para obtener una tarjeta de asistencia temporal. Les dije que eso me convertía en un ciudadano de segunda y respondieron que era eso, o nada. Decidí no hacer el trámite y, sin tarjeta, cuando vuelva a España y tenga que ir a un hospital, lo haré por urgencias y con la intención de no pagar ni un céntimo de euro”.

El objetivo de Marea Granate y “Yo sí, sanidad universal” con esta campaña es presionar y concienciar sobre la eliminación del sistema sanitario de miles de emigrados. María Almena, del grupo de Sanidad de Marea Granate, explica que “nos han llegado los primeros casos de tarjetas desactivadas, facturaciones en urgencias, incluso del cobro a menores, lo cual está prohibido por ley. Además insistimos en que los parches de las autonomías para saltarse el Real Decreto 16/2012 nos siguen dejando fuera de la sanidad en muchos casos, pues tu situación sanitaria está en manos de la arbitrariedad administrativa y no se evita la exclusión. Queremos la derogación del Real Decreto y animamos a la gente a ir al centro de salud durante sus vacaciones y ver el estado de la tarjeta”.

La novedad en esta campaña de recordatorio de la expulsión del sistema sanitario, son las guías sanitarias por países en las que han trabajado los activistas de los diferentes nodos de Marea Granate. Además, habrá un registro llamado R.E.D.E.S (Red Estatal para la denuncia de la exclusión sanitaria) en el que en forma de cuestionario, se podrá denunciar un caso de vulneración del derecho a la sanidad universal. Estos casos serán recogidos a modo de estadística y puestos a disposición de la opinión pública.

Algunos, como Pablo Montes, no informaron ni de que emigraban, ni de que volvían. “Así no fui dado nunca de baja y al regresar pude tener asistencia sanitaria como persona sin recursos”. Esta modalidad se aplica a los mayores de 26 años que no están trabajando actualmente. Según la legislación vigente, no pueden ser beneficiarios de un familiar con ingresos y tienen que solicitar una tarjeta propia.


 

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