Al quirófano en un descapotable

EL PAÍS: Noa entró a quirófano en un Audi azul descapotable. A primera hora de la mañana de este viernes, la pequeña, de cuatro años, tomó el volante del vehículo y, ataviada con un pijama estampado de dibujos de colores, echó a rodar hacia la sala de operaciones. Sobre el imponente deportivo de alta gama —teledirigido por un sanitario tres pasos más atrás—, Noa cruzó sonriente el pasillo que conducía al quirófano para ser operada de una hernia umbilical. Mientras, el equipo médico del centro quirúrgico ambulatorio del hospital Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) arengaba a la conductora entre risas y palmas. Los sanitarios de esta unidad del Taulí han puesto en marcha este particular traslado a la mesa de operaciones para reducir el estrés y la ansiedad de los pacientes pediátricos en los procesos quirúrgicos.


“Las enfermeras del centro quirúrgico ambulatorio queríamos humanizar los cuidados pediátricos. El coche ha resultado ser un cambio espectacular, tanto para los niños, que entran más calmados, como para los padres, que están más tranquilos al ver que sus hijos se van para el quirófano contentos y felices”, explica la enfermera Laura Porcar, una de las artífices de esta iniciativa, que está inspirada en un proyecto desarrollado en un hospital de Oklahoma (Estados Unidos). La unidad de cirugía ambulatoria atiende intervenciones que, aunque son consideradas de menor complejidad y tienen el alta en el mismo día —hernias, fimosis...—, sí requieren anestesia general.

El traslado al quirófano en el coche teledirigido de juguete se ha incorporado al conjunto de iniciativas de las que dispone el Taulí —payasos, salas con decoración infantil, juguetes, música en quirófano— para humanizar el entorno hospitalario para los pacientes más pequeños. La intención es reducir la ansiedad prequirúrgica y también la medicación ansiolítica que se administra a los menores antes de entrar a la sala de operaciones. “Hasta ahora se premedicaba a los niños con ansiolíticos por vía intranasal para reducir la ansiedad de la operación y de separarse de sus padres al entrar en quirófano. Pero ahora hemos ido desarrollando estrategias para sustituir los fármacos, como los payasos, la música o el uso de tablets. El cochecito es otra estrategia para crear un ambiente que no sea el hostil en los hospitales. Hacen que esto se viva más como un juego”, explica Silvia López, coordinadora de la Unidad de Anestesia Pediátrica del Taulí.

En su primera semana de rodaje, el Audi descapotable ya ha llevado a quirófano a una decena de niños. “Ninguno de ellos ha requerido premedicación de ansiolíticos”, confirma la doctora López. La semana que viene, los facultativos probarán reducir a la mitad las dosis de los fármacos que suelen administrar —ya son cantidades bastante bajas al tratarse de menores— para evaluar cómo viven mejor la entrada a quirófano. Por lo pronto, familias y profesionales coinciden en que la primera semana al volante de ese deportivo azul de alta gama ha sido “excelente”. “Fue una sorpresa para todos. Ella iba un poco preocupada y le dijo a la enfermera que estaba nerviosa, pero cuando le enseñaron el coche, se ilusionó. De hecho, hace tiempo que me decía que quería subirse a un cochecito de esos porque los solía ver en los centros comerciales y en los paseos del sitio donde veraneamos”, explica Antonio Martínez, padre de Noa. El coche le hizo bien a la pequeña, pero también a sus padres: “La tensión la tienes, pero como la ves distraída, eso ayuda”, admite Antonio.

Noa ya está en casa y la operación ha sido “rápida y todo ha ido bien”, confirma su padre. El descapotable se ha llevado todo el protagonismo de la jornada. “Se lo está diciendo a todo el mundo: a su hermana, a los abuelos... ¡Que se ha subido en un coche!”, relata Antonio, que tampoco descarta que el coche aparezca en la carta a Papá Noel.

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