EL PAÍS: Mariano Rajoy ha decidido incluir en el Ejecutivo a un político puro de larga experiencia. Alfonso Alonso Aranegui, actual portavoz parlamentario del PP y exalcalde de Vitoria, será el nuevo ministro de Sanidad en sustitución de Ana Mato, quien dimitió la semana pasada por su implicación en el caso Gürtel.
El nuevo ministro de Sanidad, quien también mantiene una buena relación con Rajoy y ha pasado muchas horas hablando con él —en especial, del País Vasco— cuando el PP estaba en la oposición, había sonado en distintas ocasiones como posible titular de una cartera, incluso en 2011, cuando se formó el Gobierno. Pero finalmente fue designado portavoz parlamentario. El pasado septiembre, su nombre volvió a sonar como opción para relevar a Ruiz-Gallardón en Justicia.
Sin embargo, y pese a algunas especulaciones iniciales, no figuraba entre los probables relevos en Sanidad, porque no es ni mucho menos su especialidad. Alonso es abogado. Tampoco era ninguna especialista en esa materia su predecesora, Ana Mato. Ambos son políticos puros con larga trayectoria y, en el caso de Alonso, con más experiencia de gestión por su papel como alcalde de Vitoria entre 1999 y 2007, una plaza que resultó fundamental para el PP y simbólica al tratarse de la única capital vasca que dominaba en años muy difíciles.
Alonso refuerza también el perfil político del Gobierno porque es un hombre de larga trayectoria y con capacidad de negociación. De hecho, ha sido una de las caras más visibles del partido en los últimos años, sobre todo con sus declaraciones casi diarias en torno a distintos asuntos en los pasillos del Congreso.
En el PP reclamaban a Rajoy hace tiempo que pusiera a más políticos en el Ejecutivo y se alejase de los perfiles técnicos que han dominado su equipo y que, según un análisis muy extendido en el partido, lo han desdibujado y le han hecho perder la iniciativa en momentos difíciles.
Mientras muchos ministros tratan de pasar desapercibidos frente a los medios, Alonso sin duda será un caso de gran presencia, porque en los últimos meses nunca ha rehusado entrar en los asuntos más delicados, aunque ahora tendrá un perfil muy definido como ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. En los momentos más duros del caso Gürtel, y ante el silencio del partido, Alonso ha sido quien ha cubierto el espacio desde sus ruedas de prensa. Fumador empedernido, ha sido criticado por colectivos médicos tras ser fotografiado fumando en un bar, algo prohibido por la ley que será ahora el encargado de aplicar.
El hasta ahora portavoz parlamentario, que siempre recibe alguna palabra de aliento de Rajoy en los plenos, no figuraba en las últimas quinielas para Sanidad precisamente porque el presidente y la vicepresidenta valoraban su papel en el Congreso. Varios dirigentes insistían en que Rajoy no querría “desvestir un santo para vestir otro”, porque la portavocía del Congreso es importante.
Susana Camarero, una de las candidatas que había sonado con más fuerza, se quedará así como mano derecha de Alonso en el ministerio, como secretaria de Estado de Asuntos Sociales. Ahora queda por saber quién será el nuevo portavoz parlamentario. El número dos de Alonso en la Cámara en este momento es José Antonio Bermúdez de Castro, un veterano dirigente con larga trayectoria negociadora.
Alonso, hombre de partido, siempre ha tenido gran influencia en el PP vasco con su dominio del partido en Álava. El alcalde de Vitoria, Javier Maroto, fue concejal en el mandato de aquel como regidor y es una persona con quien tiene total sintonía. En las distintas crisis del PP vasco, sobre todo cuando dimitió María San Gil como su presidenta en 2008, Alonso sonó como nuevo líder. Pero él siempre prefirió seguir su carrera en Madrid con la vista puesta en llegar a ser ministro, su gran anhelo, siempre a la sombra de Sáenz de Santamaría, en cuyo equipo trabajó en la oposición.
En la última crisis abierta cuando la actual líder del PP vasco, Arantza Quiroga, vetó para que siguiese como secretario general a Iñaki Oyarzábal, hombre de plena confianza de Alonso, el ahora ministro ejerció su poder con el apoyo de Santamaría y vetó a su vez al candidato inicial de Quiroga, el concejal de Vitoria Manu Uriarte. Las espadas en el PP vasco siguen en alto y ahora Alonso será una referencia mayor.