PÚBLICO: La ex ministra de Sanidad Carmen Montón (Burjasot, 1976) se va a tomar ahora unas semanas o puede que más tiempo para pensar en su futuro. Necesita reposar todo lo que ha pasado en poco más de dos meses, donde la vida la ha volteado a su antojo, pasando de ser una de las ministras más pujantes del Gobierno de Pedro Sánchez a ser acusada de haber obtenido una máster de género en la Universidad Rey Juan Carlos con privilegios y trato de favor, además de haber plagiado el trabajo que le daba acceso a la titulación.
El archivo el pasado miércoles de una denuncia anónima en la que se que pedía que se investigaran estas irregularidades le ha devuelto la sonrisa , aunque intuye que a sus espaldas siguen estando poderosos enemigos que no defienden precisamente una sanidad pública fuerte como la concibe la exministra.
No obstante, no tiene intención de rendirse, seguirá en política y no duda en tirar de manual cuando se le pregunta en qué puesto o cargo: "A disposición del partido"., dice.
Pues un sentimiento de más tranquilidad, aunque estaba tranquila desde que dejé el Ministerio de Sanidad y tomé la decisión de la dimisión. Pero sí tuve un sentimiento de mucha tranquilidad y, sobre todo, de alegría.
Creo que no hay que arrepentirse. En aquel momento pensé que era lo acertado, porque yo quería varias cosas. En primer lugar, preservar un bien superior a lo que era mi propio interés, que era el Gobierno de Pedro Sánchez, que tantas cosas tiene todavía por hacer por este país. Y lo dije. No quería que mi caso influyera sobre la acción del Gobierno. Pero también, lo que ese día estaba en mi cabeza es que al dimitir también estaba renunciando ese día voluntariamente al aforamiento del Tribunal Supremo para poder ser tratada en la Justicia como cualquier ciudadano normal. En aquel momento, me pareció que era la decisión acertada. Y, ahora, tengo la misma tranquilidad y puedo seguir defendiendo mi honestidad con la misma intensidad y, sobre todo, explicar a todo el mundo que mi manera de conducirme en la vida pública es transparente, proactiva en el sentido de dar las explicaciones a la prensa y a la ciudadanía cuando son necesarias, y con toda honestidad.
No tengo queja. Tengo que decir buenas palabras y, en especial, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no sólo a nivel político, sino que también a nivel humano y personal conmigo estuvo y está impecable. Y también por el conjunto de compañeros del Gobierno. Sí, me sentí respaldada. Y también valoro que en estos dos meses tampoco no he estado sola. Creo que esta parte humana habla muy bien de las personas que están en el Gobierno.
“Me dije que si en 24 horas no había sido capaz de explicar que no había cometido ninguna irregularidad tenía que echarme a un lado"
Quizás la impotencia que en algunos momentos he sentido. Había tanto ruido, como la canción de Sabina, tanto, tanto ruido que no puedes explicar con la serenidad y el sosiego que merecen las explicaciones que te están requiriendo. Sé que vivimos en una sociedad donde la inmediatez mediática, la velocidad, las redes sociales va demasiado rápido y, a veces, esto te atropella. Y llegó el punto que tuve que decirme que si en 24 horas no he sido capaz de explicarlo, sabiendo y estando convencida de que no he cometido ninguna irregularidad, como lo ha acreditado la Fiscalía, la propia Universidad y el auto de la jueza, que tengo que recordar que han concluido diciendo que no recibí ningún trato de favor, que no conocía a los responsables del máster, que no tuve ningún privilegio y que desarrollé aquella actividad como cualquier otro alumno de manera ordinaria… Pues pensé que si no eres capaz de explicar esto en 24 horas, para preservar la acción del Gobierno lo mejor es hacerse a un lado.
La primera línea o la última línea en la vida política es que unas veces te toque estar en la sala de máquinas y otra en el timón. La política es muy amplia, pero yo no me he ido nunca de la política. Creo que me caracterizo por ser activista, por ser defensora de los derechos sociales, de los derechos civiles, de la igualdad, de la sanidad pública.. y mi presente y mi futuro va a estar ahí; defendiendo todos estos valores
Aquí la contestación es la tipo: estoy a disposición del partido. Pero, en todo caso, la vida pública y la vida política están en mi adn y en mi corazón. Y voy a defender estos valores firmemente.
"Estoy a disposición de mi partido, la vida pública y la vida política están en mi ADN”
R.- Hoy estoy en alegrarme por la resolución judicial, y tomarme unas semanas o hasta un mes para encarar el futuro y el 2019, para empezar una etapa nueva en mi vida. No hay que aventurar nada, ni tampoco quiero especular. Ahora, tengo que pensar qué hacer. Soy licenciada en Medicina, he estado diez años como diputada, he sido consellera de Sanidad y ministra de Sanidad, y cualquier cosa que haga estará vinculada a esa experiencia. Pero hoy estoy tranquila y contenta porque se ha demostrado lo que dije desde el primer momento, se ha demostrado que no ha habido ninguna irregularidad, que no he recibido trato de favor, que no he tenido ningún privilegio, que cursé aquellos estudios de manera ordinaria como cualquier otro alumno. Para mí es muy importante que se demuestre que lo que dije ahora se confirma y que aquella denuncia anónima ha quedado en nada.
No puede aventurar quién ha podido ser. Pero estos meses me han venido a la cabeza muchas cosas y me he preguntado a quién le convenía que estuviera fuera de la primera línea alguien que tenía el carácter y la convicción tan fuerte de defender la Sanidad Pública y de llevar hacia adelante ciertas transformaciones. Seguro, que a alguien le convenía que no estuviera.
Sólo sé que alguien le podía convenir que no estuviera.