elDiario.es: El Ministerio de Defensa tiene a 7.500 militares disponibles para incorporarse a los equipos de vigilancia epidemiológica de las comunidades autónomas. Estos profesionales han recibido formaciones de rastreo y están a la espera de que los gobiernos regionales recurran a ellos para unirse a los equipos autonómicos de vigilancia epidemiológica. En lo que va de 2021, solo dos comunidades (Castilla-La Mancha e Islas Canarias) han pedido al Gobierno central más militares para reforzar su equipo de rastreo, según fuentes de Defensa y Sanidad.
Por ahora, 2.500 profesionales castrenses ya están trabajando conjuntamente con los equipos autonómicos que realizan las labores de rastreo, que consisten en un seguimiento de los contactos mantenidos por aquellas personas que han comunicado un positivo de COVID-19 a las autoridades sanitarias. Independientemente de este cifra, fuentes oficiales de Defensa aseguran que tienen a más de 7.500 militares operativos y formados para realizar esta función, sin que hayan sido requeridos por ahora por los gobiernos autonómicos, a pesar de la situación epidemiológica del país.
España ha llegado a alcanzar en la tercera ola una incidencia acumulada superior a los 800 casos casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, una cifra que triplica el umbral a partir del que se empieza a considerar que existe riesgo extremo de contagios. A finales de enero, la mitad de las provincias desconocía el origen de al menos el 50% de los casos de coronavirus que detectaba.
Según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Defensa, a fecha 3 de febrero, la distribución de rastreadores por comunidades autónomas es la siguiente: Andalucía cuenta con 360 efectivos; Aragón tiene 88; Asturias, 120; Baleares, 130; Canarias, 59; Cantabria, 126; Castilla-La Mancha, 141; Castilla y León, 360; Ceuta, 56; Extremadura, 90; Galicia, 190; La Rioja, 50; Madrid, 150; Melilla, 37; Murcia, 110; Navarra, 46 y Valencia 384. A ellos se suman 100 más que se incorporaron este jueves al dispositivo de Castilla-La Mancha. Catalunya y Euskadi no cuentan con militares en sus equipos de rastreo.
Las peticiones para reforzar los equipos autonómicos con efectivos castrenses se gestionan a través de la Secretaría de Estado de Sanidad del Ministerio liderado por Carolina Darias. Ese departamento es el encargado de dar el visto bueno y trasladar el encargo a Defensa. A partir de ahí, se realiza una formación específica sobre el funcionamiento de “la aplicación que tiene cada comunidad” para gestionar la información del seguimiento epidemiológico, apuntan fuentes de Defensa. Una vez asumida esa información los militares se incorporan al equipo de rastreo autonómico junto al resto del personal que también está trabajando en esa labor. En algunos casos, apuntan las mismas fuentes, los miembros de las Fuerzas Armadas trabajan en el mismo emplazamiento que los profesionales civiles y en otros realizan el rastreo en bases militares, según la organización que haya planeado la comunidad autónoma. En ambos escenarios su labor es similar a la de un ‘call center’.
Cinco comunidades autónomas y la ciudad autónoma de Melilla tienen el mismo número de rastreadores militares que tenían hace tres meses. Los gobiernos autonómicos de Castilla y León, Galicia, Madrid, Murcia y Aragón han optado por no reforzar su equipo de seguimiento del virus con efectivos castrenses, aunque en casos como Madrid (16,1%) y Castilla y León (38,9%) el porcentaje de casos con trazabilidad es menor al 50%, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad. En Melilla se sitúa en el 50%. El hecho de que exista un porcentaje reducido de este indicador implica que el sistema no es capaz de identificar las cadenas de transmisión. En Asturias (14,8%), Andalucía (28,6%), Catalunya (26,1%), Euskadi (2,6%) y Baleares (21,9%) este parámetro también se sitúa por debajo del 50%.
La imagen hace poco más de una semana en algunas autonomías que han descartado el refuerzo con militares también alertaba de problemas a la hora de rastrear. Madrid y Murcia tenían capacidad de identificar a tres contactos estrechos por contagiado; por su parte, Aragón, Castilla y León, Extremadura, Galicia y Melilla localizaban a dos, según la información aportada por Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y publicada el 27 de enero. La mediana de contactos identificados por caso es de dos, tal y como recogía el citado informe, mientras lo aconsejable son unos seis, de acuerdo a la opinión de varios expertos consultados por elDiario.es.
Las comunidades que no han apostado por reforzar sus equipos de rastreo con militares en los últimos meses aportan varias justificaciones. Desde el departamento de Sanidad aragonés responden que en su autonomía “hay un 65% de trazabilidad de los casos” y, ante esos datos, “no se han pedido más rastreadores porque no se ha considerado necesario”. En la misma línea se pronuncian desde Murcia, aseverando que con “500 casos diarios, ese trabajo se puede realizar con los efectivos de los que se dispone”. En Castilla y León se limitan a asegurar que ellos ya tienen efectivos del Ejército de Tierra.
Por su parte, desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid, una de las autonomías donde se registra un bajo porcentaje de trazabilidad, solo aportan la cifra total de rastreadores (1.600) y recuerdan que 150 de ellos pertenecen a las Fuerzas Armadas. Para Galicia la "estructura es flexible y da respuesta a las necesidades en cada momento de nuestra Comunidad". Autonomías como Asturias y Andalucía, donde sí han aumentado el número de efectivos en los últimos meses pero tiene una trazabilidad reducida, no han contestado a la petición de información de elDiario.es, tampoco desde la ciudad autónoma de Melilla.
Los especialistas en Salud Pública llevan meses subrayando la importancia del papel de los rastreadores para contener el virus. “Cuanta más transmisión comunitaria haya, más necesario es”, apunta Fernando García, epidemiólogo y portavoz de la asociación de Salud Pública de Madrid (AMASAP), que desataca que según un acuerdo del Consejo Interterritorial de Salud "una situación de nueva normalidad" tendría que llevar aparejado un indicador de trazabilidad del 80%.
Por el contrario, José Martínez Olmos profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública destaca que los equipos de vigilancia epidemiológica se deben reforzar "pensando en el momento en el que la incidencia esté controlada". "Rastrear siempre está bien, pero el esfuerzo de rastreo ahora es difícil que tenga utilidad con tanta incidencia de casos", añade. Sobre el papel de los militares en estos equipos, García se desmarca de esta iniciativa, no por el carácter castrense de los profesionales, sino porque destaca el personal que realice esta labor "debe estar insertado en la salud comunitaria" y "conocer la realidad social de las personas". "No tiene sentido que se haga ese trabajo sin conocer el contexto de la persona" con la que se dialoga, remarca.