Una mujer con una dilatación avanzada llegó de madrugada al centro hospitalario y Javier Castrillo, el ginecólogo de guardia, jefe además del servicio, decidió no trasladarla a Ourense. "Por seguridad se decidió que el parto se hiciera en Verín porque había probabilidades suficientes como para que pariera en el camino, y esa es una circunstancia que hay que evitar", ha afirmado Castrillo en declaraciones a la Cadena Ser.
A partir de ese momento, el facultativo de Verín empleó más de dos horas en conseguir un pediatra para el momento del alumbramiento. En primer lugar, desde la gerencia de Ourense aceptaron enviar uno. Poco después cambiaron de opinión y dijeron que no, avisando al ginecólogo de que “él era el responsable de lo que pudiera pasar”, lo que motivó que se pusiera en contacto con el juzgado. "Llamé al juzgado para ponerle en conocimiento de mi situación", ha relatado, "él me dio las instrucciones de lo que tenía que hacer para no incurrir en temas de responsabilidad".
Finalmente, el gerente del Hospital de Verín le confirmó que iba a trasladarse una pediatra desde Ourense y así fue. Llegó a tiempo para asistir, poco antes de las siete de la mañana, al nacimiento de un niño sano, de 3.400 kg. Primero el niño y luego la madre han sido trasladados ya al CHOU.