EL PLURAL: La Sanidad se la juega esta semana en varias comunidad autónomas. Los médicos de hasta cinco territorios sujetan la bandera de los servicios públicos que hasta ahora enarbolaba con más fuerza Madrid, en su caso contra la gestión de Isabel Díaz Ayuso. Desde médicos hasta personal de enfermería y administración, todos paran de forma indefinida de norte a sur de España: desde Navarra hasta Andalucía, que amplía sus reivindicaciones, pasando por Cataluña, Cantabria y Extremadura.
Precisamente en la capital, el personal de Atención Primaria no cede ante una presidenta que tampoco da su brazo a torcer e insiste en calificar de políticas las reivindicaciones de los profesionales. Ángela Hernández, secretaria general de AMYTS, asegura que mantienen la expectativa que tenían desde antes del pasado mes de noviembre, cuando comenzaron las movilizaciones masiva por la Atención Primaria: que acabe el “deterioro progresivo” de la sanidad “de los últimos 20 años”.
Sin embargo, el descontento generalizado se extiende hasta en cinco comunidades más. Estudios y expertos coinciden en un problema que consideran sistemático y que, dicen, encuentra su base en años y años de maltrato. Desde Madrid muestran su apoyo a todas aquellas con las que comparten especialmente problemas como “la infrafinanciación, la escasez de plantillas o el escaso reconocimiento”. “Estamos en un momento crucial para la defensa de la sanidad de todos”, asegura en declaraciones a ElPlural.com
Y es que en el sistema no faltan médicos, sino mejores condiciones y mayor reconocimientos a éstos, como prueba el Colegio de Médicos, quien en 2021 -último año del que hay datos- emitió el doble de certificados para para ejercer en el extranjero que en 2012.
Bajo este escenario, los profesionales tomarán con fuerza las calles y detienen su actividad -o están pendiente de ello- salvo mínimos necesarios en Cataluña, Andalucía, Extremadura y Navarra. El territorio con capital en la Ciudad Condal prevé una huelga de médicos convocada por el sindicato Metges y la Mesa Sindical de la Sanitat para los días 25 y 26 de enero, mientras que el Intersindical ha llamado al paro al resto de personal sanitario. No es el sindicato mayoritario del sector, pero sí resulta de suma importancia para el personal administrativo y de enfermería, quienes reclaman asimismo un aumento de la plantilla, mejoras salariales y la posibilidad de jubilación con carácter voluntario a los 60 años.
Los parones llegan después de que en diciembre se firmara un convenio del sector que, si bien incrementa los sueldos, los colectivos califican de insuficiente en el día a día. Asimismo, lamentan falta de enfermeras en puestos de decisión, una cuestión visible en aspectos como la regularización de los interinos. Asimismo, las reclamaciones del gremio de enfermería coinciden con un informe de la OCDE del año 2020, según el cual el sistema sanitario de nuestro país se encuentra por debajo de la media europea en lo que a número de enfermeras se refiere: 6,1 profesionales por cada 1.000 habitantes frente al 8,3 del conjunto del continente.
Andalucía es otra de las caras más visibles de esta huelga. La comunidad del sur, en consonancia con sus homólogas, alarga unas reivindicaciones que comenzaron hace unos días en las que se reclama lo mismo: más personal y acabar con la precariedad en el sector, siendo seguramente el problema más repetido entre los médicos de Atención Primaria el que tiene que ver con el número de pacientes a atender: hasta 50 en un día.
Esta realidad también queda patente en que 2 de 4 médicos de familia españoles superan el límite de pacientes a los que debería prestar asistencia, según un informe de este mismo año de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Andalucía es uno de los escenarios en los que esto se torna más extremo, ya que mientras que en el conjunto del país aproximadamente un 38% del personal supera las 1.500 tarjetas sanitarias asignadas, en el sur ese número asciende al 43,5%. A ello se suma que los médicos andaluces son los peores pagados de España según varios indicadores.
La sobrecarga asistencial se evidencia asimismo en una de esas grandes olvidadas a veces por la opinión pública: Extremadura. Aquí también hay profesionales que atienden hasta 40 pacientes al día, lo que imposibilita en muchos casos la correcta prestación hacia quienes acuden a consulta. El problema viene igualmente dado en el aspecto salarial, y es que el médico extremeño cobra 1.200 euros de sueldo base y a 7 la hora de guardia.
En las vecinas Navarra y Cantabria los datos tampoco se postulan demasiado esperanzadores. En la primera, la huelga está agendada para el primer día de febrero. En la Comunidad Foral se pone de manifiesto que faltan médicos, siendo éste el principal argumento entre quienes están al otro lado de la mesa en la partida, pero quienes más sufren la situación recuerdan que no es un asunto baladí, sino que, de nuevo, las condiciones no son las mejores para desempeñar el trabajo.
Así las cosas, sus reivindicaciones no pasan tanto por el aumento de sueldo -no son los peores pagados, aunque sí unos de los que más les afectó los recortes de 2011- como, nuevamente, por el aumento retributivo de compañeros para poder atender a un cupo de pacientes en consonancia con otras comunidades de alrededor, pues ahora éste se encuentra por encima de los 30.
Los médicos cántabros no se suman de momento a la huelga, pero podrían hacerlo más pronto que tarde si sigue sin cumplirse el acuerdo al que se llegó tras el parón de noviembre que pasaba, entre otras cuestiones, porque los profesionales atendieran a un máximo de 35 personas, así como dotar de soluciones a los que se quedasen desatendidos.
En el lado contrario, y aunque la mitad de España lamenta las condiciones de la sanidad en su territorio, hay otros puntos en los que por el momento las huelgas no seguirán adelante. Es el caso de Galicia, donde las reclamaciones de los sanitarios se mantienen intactas, eso sí. Más en concreto en hospitales como el de Santiago de Compostela.
Aquí ejerce como gerente Eloína Núñez, prima del ahora presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, cuya gestión no tiene demasiado contentos a los sanitarios. La última demostración de ello fue la dimisión del responsable de Ginecología, un hecho que provocó en buena medida la negociación por las partes, alcanzándose así una tregua que, de momento, evita el parón, aunque la situación, al menos hasta que se formalicen las nuevas contrataciones prometidas por la Xunta, pende de un hilo.
También se ha llegado a acuerdos en Islas Baleares, Aragón o Murcia, pero en este último territorio no se descartan parones si la consejería no atiende las peticiones que tienen que ver con la demanda imprevista en las urgencias o los modelos alternativos de organización en los centros de salud.