EL PAÍS: La sanidad española necesita una mayor colaboración público-privada, más recursos económicos y humanos y una profunda transformación en sus procesos organizativos y de gestión para hacer frente a tres grandes retos que viene detectando la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS): el acceso a medicamentos innovadores; la renovación de su parque tecnológico, aquejado de problemas de obsolescencia, y la necesidad de una continuidad asistencial, sin brechas ni rupturas entre atención primaria, especialidades y entorno hospitalario, o entre la sanidad pública y la privada. La Fundación IDIS ha realizado un estudio sobre cada uno de los desafíos identificados y se ha aliado con EL PAÍS y CincoDías para reflexionar sobre ellos en torno a un ciclo de tres mesas de debate con expertos, que se han ido desarrollando en estos últimos meses bajo el título Los retos del sistema sanitario en España.
“Somos un país que no tiene acceso anticipado a medicamentos innovadores; el tiempo desde su aprobación hasta su disponibilidad es de 517 días, muy lejano de los 180 días que se establece por ley”, arranca Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS, la primera charla del ciclo, El acceso a medicamentos innovadores: un objetivo de todos, para todos. La estructura será la misma en todas las charlas: Villanueva abre el debate con los datos del informe y los especialistas convocados dialogan sobre los problemas y sus posibles soluciones.
De esos retrasos destacados por la Fundación IDIS habría que descontar los hasta 170 días que tardan las empresas en presentar su solicitud de financiación en España, según datos del Ministerio de Sanidad, opone Félix Lobo, catedrático emérito de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid y director de Economía y Políticas de Salud de Funcas. “Las empresas tienen interés en que los medicamentos entren más tarde en España, que tiene 46 millones de personas en el Sistema Nacional de Salud y mucha capacidad para negociar precios más bajos; autorizar pronto su financiación repercute, en un efecto dominó, en el resto de países desarrollados”, argumenta, planteando cómo incentivar la innovación temprana en fármacos.
Isabel Pineros, directora del departamento de Acceso de Farmaindustria, reconoce que pasa un tiempo entre la autorización de comercialización europea y la petición del código nacional en España, pero que no son los 170 días que dice el ministerio. “Muchos medicamentos suponen un avance significativo, incuestionable, y hoy por hoy no están financiados; también hay muchas nuevas indicaciones pendientes de resolver, así como las combinaciones de medicamentos. Debe haber un cambio en el procedimiento, en la metodología, en el reparto de quién hace qué en qué etapa del proceso, así como reconocer lo que han hecho los anteriores”, reclama. Pineros defiende un diálogo temprano. Olga Delgado, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), pide “empezar a evaluar antes de que el fármaco esté aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos”.
Lobo propone mejorar la regulación y, como fórmula en su opinión interesante, la autorización condicional o provisional de un medicamento para que llegue al paciente y después concluir la negociación. Para Delgado, la gran revolución radica en pagar por los resultados, algo que, unido al techo de gasto o al pago diferido, garantiza, en su opinión, que, si un medicamento innovador demuestra su beneficio, el acceso sea igual y regular en todos los centros.
Si hay algo en lo que todos los contertulios se muestran de acuerdo es en la necesidad de establecer una colaboración público-privada, como ha ocurrido con las vacunas contra la covid-19. Apelar a un acercamiento, diálogo o buen entendimiento entre lo público y lo privado es un eje transversal de los tres debates. En el último, sobre Continuidad asistencial para un sistema sanitario sostenible, Villanueva aboga por la creación de comités mixtos (privado/público), por área de salud con fin terapéutico y/o de investigación; por una estrategia integrada de planes de prevención y promoción de la salud, para activar los programas de diagnóstico precoz, y por estructuras integradas y grupos multidisciplinares de apoyo que acompañen todo el proceso asistencial de forma coordinada, proactiva y cercana.
“El paciente es único e indivisible y ha de ser el eje vertebrador, el centro del proceso asistencial”, subraya Villanueva. La continuidad asistencial es “como ponerle una autopista”, según comparación de Jesús García-Foncillas, catedrático de Oncología y director del Departamento de Oncología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Universidad Autónoma de Madrid). Ángel de Benito, secretario general de la Fundación IDIS, recuerda que el 44,4% de las muertes en el mundo por cáncer pueden atribuirse a factores de riesgo prevenibles (según un estudio publicado por la revista The Lancet en agosto de 2022), y que identificarlos precozmente y abordarlos desde la prevención sería mucho más sencillo bajo un modelo de interoperabilidad de los informes clínicos. “Hagamos que la información clínica esté en un único sitio y que el dueño sea el paciente”, reclama.
La plataforma Hermes, que aglutina a 15 entidades privadas, entre grupos hospitalarios y compañías aseguradoras, permite a un usuario acceder a su historia clínica y compartir la información con el profesional que le esté atendiendo en ese momento, independientemente del centro en el que se encuentre. “Arrancará en marzo de 2023″, desvela De Benito, que reivindica el “peso relevante” de la privada dentro del sistema nacional (con 12 millones de asegurados, 10 millones de los cuales también están en la pública, y entre un 30% y un 40% de la actividad sanitaria) y apuesta por aproximar los dos modelos.
También debería haber más comunicación entre la atención primaria y la especializada, pide, por su parte, Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP). Y más recursos “para una derivación de calidad”. Los retrasos en las citas al especialista y en la obtención de un diagnóstico y la falta de equidad entre unas comunidades autónomas y otras “acorta la vida y la calidad de vida y el diagnóstico temprano”, lamenta. “La definición y estrategia en sanidad está, hoy por hoy, centrada en la enfermedad, porque se hace poco en prevención y en diagnóstico precoz”, detalla García-Foncillas. Eso “carga” al sistema sanitario de pacientes con enfermedades en un estadio más avanzado, porque no han sido atajadas antes.
Por el flanco tecnológico, los expertos invitados al segundo debate, sobre Claves para la incorporación de tecnología innovadora en sanidad, concluyen que el sistema sanitario español necesita actualizar y mejorar los procedimientos y la gestión para incorporar tecnología innovadora, sin olvidarse de mantener la ya existente. Desde 2009, la situación “se ha ido degradando”, señala Carlos Sisternas, director de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) Catalunya. Sus últimos datos indican que el 60% de los equipos tienen más de 10 años, que España ocupa la última posición de 27 países europeos en obsolescencia en los de resonancia magnética y en Rayos X y una situación muy mala en TC (tomografía computarizada).
“Todos estos equipos, además de tratar, generan información que se puede llevar a datos, lo que hará que cambie el paradigma de lo que viene en inteligencia artificial y en algoritmos que aprenderán de esos datos”, advierte Carlos Royo, director de Estrategia de Salud de GMV y expresidente de la Comisión de Salud Digital de Ametic, poniendo el foco en las enormes posibilidades de la digitalización. Si Royo cree que la innovación tecnológica termina no cuando se instala, sino cuando los usuarios la aprovechan, y que va a ayudar a atender mejor a una población cada vez más envejecida, Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes, critica “el desconocimiento absoluto del parque tecnológico y de su renovación por parte de los usuarios” y reclama que dicha renovación se regule administrativamente.
El informe ¿Qué pasaría si se facilitase el acceso a la innovación farmacéutica?, de la Fundación IDIS, analiza las consecuencias teóricas directas e indirectas de un cambio en el modelo de aprobación de medicamentos y concluye que facilitar el acceso a la innovación farmacéutica supondría un ahorro potencial de 1.542 millones de euros anuales en España, ya que reduciría costes tales como las hospitalizaciones. “Evitaría cuatro millones de estancias hospitalarias, con un ahorro para la sanidad de 1.274 millones de euros”, calcula. “El ahorro de gasto hospitalario podría llegar a los 52 millones de euros por cada 10% de incremento promedio de gasto farmacéutico hospitaflario”, añade. “Estudios de Estados Unidos señalan que por cada dólar adicional de gasto farmacéutico en la población general se logra un ahorro promedio neto del gasto directo sanitario entre 2,3 y 7,2 veces mayor”, remacha.
Varios expertos han dibujado el mapa del viaje que tres hipotéticas mujeres con cáncer de mama han de emprender por el sistema sanitario —una, en la pública; la segunda, diagnosticada en la privada y alternando con la pública según sus necesidades; la tercera, diagnosticada en la pública y continuando en la privada— y han detectado hasta ocho puntos de ruptura durante sus procesos, según recoge el informe Continuidad asistencial y paciente único de la Fundación IDIS. A saber, falta de personalización, falta de trazabilidad, falta de protocolos, falta de coberturas, accesos a tratamientos innovadores, duplicidad de pruebas, falta de prevención, duplicidad de citas. El estudio defiende que la continuidad asistencial sin brechas ni barreras supone para las pacientes de este cáncer específico acceso más temprano (hasta 90 días) a un tratamiento más óptimo, eliminación de duplicidades y más información y empoderamiento. Para los profesionales, una visión más integral y compartida con otros profesionales, protocolos para facilitar procesos y una comunicación entre niveles asistenciales y entre la sanidad pública y privada. Para el sistema, 5,9 millones de euros de ahorro al año en costes por diagnósticos más tempranos y eliminación de derivaciones incorrectas, y más de 27 millones de euros de ahorro en costes en el sistema público por consultas evitables, pruebas repetidas y absorción de nuevas pacientes, así como una reducción de las listas de espera. La investigación se completa con entrevistas a siete profesionales sanitarios y 3.000 encuestas a la población: un 70,2% cree necesario impulsar la cooperación entre la sanidad privada y la pública; el 85,6% considera positivo recibir tratamiento o hacerse pruebas en la sanidad privada o pública indistintamente, y que todos los datos puedan ser conocidos y evaluados por el profesional sanitario que le atienda en cada momento; el 88% ve razonable que sus informes médicos sean compartidos, para que los profesionales de otro centro dispongan de ellos.
“El sistema sanitario ha de adaptarse al paciente, y no al revés. Toda la estructura asistencial que lo atiende debería ser invisible”. Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS.
“Soy un defensor de la colaboración público-privada desde una absoluta defensa de lo público”. Félix Lobo, catedrático emérito de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid y director de Economía y Políticas de Salud de Funcas.
“El desarrollo de las vacunas anticovid es un ejemplo extensible a otros campos donde el apoyo privado no sea suficiente porque el mercado no es solvente”. Olga Delgado, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
“No podemos esperar a que el medicamento esté autorizado por la agencia reguladora para empezar a trabajar”. Isabel Pineros, directora del departamento de Acceso de Farmaindustria.
“Además de actualizar equipos, hay que mantenerlos; son muy sofisticados y su conservación es crítica”. Carlos Sisternas, director de Fenin Catalunya.
“Estamos en la prehistoria de lo que viene tecnológicamente en el mundo de la salud”. Carlos Royo, director de Estrategia de Salud de GMV y expresidente de la Comisión de Salud Digital de AMETIC.
“La definición y estrategia en sanidad está hoy centrada en la enfermedad, porque se hace poco en prevención y en diagnóstico precoz”. Jesús García-Foncillas, catedrático de Oncología y director del Departamento de Oncología, Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Universidad Autónoma de Madrid).