PÚBLICO: "Todavía recuerdo cuando era un niño y mi padre tenía que gastar la mitad de su sueldo en pagar un medicamento que necesitaba para poder vivir debido a una enfermedad crónica. Entre eso y el alquiler, apenas teníamos para poder comer. Por eso nos íbamos al pueblo con la abuela siempre que podíamos", narra Andrés, vecino jubilado de Alcalá de Henares. Durante toda su vida se ha dedicado a la enfermería y ha sido un ferviente defensor de los servicios públicos. Por eso, este domingo 12 de febrero se desplazará hasta Madrid capital para reivindicar, como lleva haciendo desde hace 38 años, una sanidad pública de calidad. Como él, vecinos y vecinas de todos los rincones de la comunidad participarán en la gran manifestación que han organizado más de 70 plataformas y asociaciones durante los últimos meses.
"Tenemos que demostrar que no vamos a permitir esta sanidad mediocre, que está siendo desmantelada por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Por eso pedimos a toda la ciudadanía, sea de la edad que sea y tenga la ideología que tenga, que participe en la movilización. Algunos dirán que somos alborotadores o que no tenemos otra cosa que hacer, pero lo que pedimos es algo muy sencillo: que se respeten los derechos de los trabajadores y los ciudadanos", critica el complutense.
Mientras médicos de Familia y Pediatría siguen secundando una huelga indefinida que comenzó el pasado noviembre, asociaciones y plataformas madrileñas han preparado semana a semana, entre asambleas y reuniones, una manifestación con la que pretenden "abrir los ojos al Gobierno regional" y lograr que se incremente la inversión en sanidad. En concreto, las partidas de Atención Primaria (AP) a las que destina sólo un 10.7%, lejos del 25% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta nueva edición de la manifestación tendrá un formato similar al realizado el 13N, con cuatro columnas avanzando por las calles del centro de la capital para confluir en una masa unitaria en la Plaza de Cibeles. La protesta arrancará a las 12.00 horas desde Nuevos Ministerios (zona norte), Plaza de España (zona oeste), Hospital de La Princesa (zona este) y Legazpi (zona sur). Los organizadores prevén que tenga gran apoyo y se convierta en un acto de protesta multitudinario. "Nuestros recursos son nuestras ganas de justicia social. Somos un movimiento popular que trata de luchar contra el aparato mediático de difusión y denigración de los sanitarios de Madrid", explican a Público.
"Esta manifestación es consecuencia de que la presidenta no cambie de actitud. Está enrocada en la misma lógica privatizadora que tenía y no atiende a las necesidades reales de los ciudadanos, que tienen que ver con que te pueda atender un médico si te surge una urgencia y no solamente un enfermero o un celador", explica a su vez Quique Villalobos, presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y miembro organizador de la manifestación. Él mismo detalla que la última vez que pudo ser atendido presencialmente por su médica fue hace dos años.
Desde los recortes a raíz de la crisis económica de 2008, la región no ha vuelto a recuperar la inversión del 15% en AP. Mientras que, a nivel estatal, España ha dejado de invertir más de 70.000 millones de euros en este área. "Nos sobran los motivos para seguir luchando", asegura Villalobos. El activista sabe que las cifras son las mejores aliadas de cualquier protesta y pone de relieve que en el primer semestre de 2022, se realizaron 24.000 intervenciones quirúrgicas menos que en 2019. "En el fondo lo que se está consiguiendo es que la gente deje de ir al médico y se deriven menos casos a los especialistas. Nos va la vida en ello", insiste.
Según un informe elaborado por la Consejería de Salud y Consumo de Mallorca, mantener el mismo médico de cabecera de manera continuada reduce la mortalidad hasta un 25%, las hospitalizaciones un 28% y el uso de los servicios de Urgencias un 30%. Precisamente, durante este último mes, hospitales como La Paz o el Fundación Universitaria Alcorcón han denunciado colapsos en sus servicios de Urgencia. Los enfermos terminan recurriendo a ellos porque sus médicos de Primaria tienen hasta dos semanas de lista de espera.
Los vecinos y vecinas de Madrid creen que las políticas sanitarias de Ayuso les "están sometiendo a muerte prematura". Por eso han secundado cada una de las concentraciones y marchas que han llenado, día sí y día no, las puertas de los centros de salud durante estos meses. Algunos de ellos, como Pedro Aparicio, han protestado incluso en el barrio de Salamanca, un distrito donde las clínicas privadas campan a sus anchas y están depredando la demanda pública. "Lo que ocurre en estas zonas con más dinero es que la gente se va a la privada porque se lo puede pagar y deja de importar el estado de lo público", lamenta.
Junto al asunto del presupuesto, otra de las líneas rojas de la movilización es poner fin a la colaboración público-privada tal y como se ha venido planteando: "No es una colaboración porque ambos no ponen de su parte. Más bien, consiste en regalar fondos públicos a empresas privadas. En nuestra opinión, se están malversando los fondos".
"Me indigna que se diga que no hay dinero cuando luego somos la comunidad que más destina en conciertos con empresas privadas, un 10% frente al 5% de la media nacional", reprocha Aparicio. En la misma línea, su compañero de la Plataforma de Lenares, José Cañete, se alegra de que la "gente se esté dando cuenta del deterioro de los servicios públicos. Lo único que podemos hacer es unir fuerzas".
Así, la convocatoria ha llegado a todos los sectores de la sociedad. Diversos actores, intelectuales y figuras públicas han salido a animar a la población madrileña a sumarse a defender una sanidad universal. Entre otros, el movimiento feminista ha comunicado que también tendrán una entidad propia en la marcha y se sumará en bloque a la columna norte bajo tres consignas principales: el derecho al aborto, la conciliación y la lucha contra las violencias machistas. Tres ámbitos directamente relacionados con la sanidad y su calidad asistencial.
"Generalmente se da por garantizado el derecho al aborto porque existe una ley que lo regula, pero de lo que nos hemos dado cuenta en la Comunidad de Madrid es que el 99,98% se practican en hospitales y clínicas privadas, y que prácticamente ha desaparecido de la sanidad pública. En hospitales públicos solo se hacen aquellos que no se pueden asumir en los privados por su complejidad. Esto es una anomalía que pasa sólo en Madrid, pues no hay ninguna otra región que tenga un porcentaje tan elevado. Es decir, poco a poco se está privatizando este derecho", denuncia Carlota Álvarez, miembro de la Comisión 8M.
A su vez, las feministas ponen el foco en la conciliación: "Los turnos y horarios interminables que están soportando las sanitarias hacen imposible compaginar el trabajo con la vida. Vemos a muchas médicas renunciar porque la sobrecarga laboral y familiar se les hace insoportable". Álvarez recuerda que algunos servicios como los SAR han estado trabajado hasta 400 horas extra anuales para cubrir la falta de personal.
Asimismo, las feministas señalan el papel fundamental de la AP y las SUAP para detectar y prevenir las violencias machistas. Explican que el deterioro de estas está complicando a los médicos identificar señales de maltrato: "A los hospitales llegan los casos más graves y deben estar disponibles para atender a las víctimas, pero también es importantísima la tarea de prevención, detección y seguimiento en Primaria".