diariodecastillalamancha.es: Nueva denuncia del Sindicato Médico-CESM que lamenta "la nueva reducción de plantilla que está llevando a cabo el Sescam en distintas gerencias de la región con ocasión del inicio del año y aprovechando que toca renovar innumerables contratos eventuales en los primeros meses de 2015". De esta manera, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) quiere denunciar en definitiva que el sistema de financiación autonómica es absolutamente insuficiente para garantizar el adecuado funcionamiento de los servicios sanitarios y, consecuentemente, la exigible calidad que demandan los ciudadanos y los médicos queremos ofrecer. Lo han hecho a través de una nota muy bien documentada que reproducimos ahora.
Desde el Sindicato Médico-CESM queremos denunciar la nueva reducción de plantilla que está llevando a cabo el Sescam en distintas gerencias de la región con ocasión del inicio del año y aprovechando que toca renovar innumerables contratos eventuales en los primeros meses de 2015. Esta estrategia de despidos encubiertos viene a agravar la situación, pues a lo largo de los últimos tres años el Sescam ha reducido en unos 900 médicos el número de facultativos del sistema, disminuyendo de 6300 a 5400.
Por otra parte, existe actualmente en el SESCAM una eventualidad en los contratos que supera el 30%. Se trata de renovaciones de contratos eventuales que están ocupando plazas de plantilla orgánica, dándose incluso casos de contratos sucesivos de un mes durante años. Puede que la administración se excuse diciendo que cuando prescinde de estos médicos no se trata de despidos o ceses, y alegarán que se trata de una “no renovación” de contratos, pero lo cierto es que el número de facultativos queda reducido y disminuye en gran medida la calidad asistencial. Las plantillas se han reducido tanto en los últimos años que en muchos servicios de los hospitales y en un gran número de equipos de atención primaria no se dispone nunca de la plantilla completa, ya sea por bajas, descansos reglamentarios etc... Pero es evidente que si se cierran plantas o consultas, con el deterioro de la asistencia que ello supone, sobrarán profesionales ya que no tienen dónde ni cómo desarrollar su trabajo.
En concreto, en el Complejo Hospitalario de Toledo se quiere reducir la plantilla en 3 radiólogos, 1 neurólogos, 1 digestólogo y 1 o 2 urólogos, y se “amenaza” a otras especialidades con que si no se cumple con los objetivos, muchas veces de imposible cumplimiento, no se renovarán los contratos. Es inconcebible que se plantee esta situación de chantaje a los médicos. Las listas de espera han aumentado porque no se dispone de más facultativos, ni de otro personal, ni de más espacio para trabajar.
Esta situación es extrapolable a otras gerencias como la de Tomelloso en la que se da el caso de que se están derivando pacientes a clínicas privadas de Cuenca y Albacete a pesar de que se ha ofrecido por parte de los médicos de los servicios afectados realizarlo en menos tiempo y a menor costo, aunque contratando más profesionales evidentemente. Por otra parte, con la excusa de que hay que disminuir las listas de espera, las gerencias aumentan el número de pacientes por consulta hasta límites insospechados, siendo prácticamente imposible dedicar un tiempo razonable a cada paciente si se le quiere atender de forma adecuada.
Por todo ello se deteriora el servicio y con la excusa de que el sistema no es sostenible se derivan pacientes a clínicas privadas. Está claro que el sistema no es sostenible si no se dota presupuestariamente. Se está acometiendo la asistencia con una financiación que de forma evidente está muy por debajo de la media europea.
En innumerables ocasiones hemos denunciado esta infrafinanciación, que no se dedica a ella el porcentaje del PIB necesario y que es una falacia que el sistema sanitario español sea insostenible. Lo que hay que hacer es destinar el dinero necesario para sanidad y después controlar que se gestione correctamente.
El porcentaje del PIB dedicado a sanidad puede haberse mantenido pero con la salvedad de que el tanto por ciento del dinero empleado en el sistema público disminuye, aumentando, sin embargo, el porcentaje de la asistencia que asume la sanidad privada. Se está produciendo en definitiva un trasvase de dinero público a la sanidad privada.
Esta infrafinanciación se puede observar de manera manifiesta en Atención Primaria, a la que se destinan cada vez menos recursos, lo cual es inconcebible pues se trata del primer escalón de acceso a la Sanidad Pública. Con el reducidísimo número de sustituciones en los centros de salud lo único que se consigue es colapsar aún más el sistema, con consultas masificadas y sin el tiempo necesario para poder atender a los pacientes como se merecen. Agravan esta situación las múltiples caídas del sistema informático que sostiene toda la historia clínica digitalizada, lo que hace que el trabajar diariamente se convierta en ocasiones en una pesadilla debido a las múltiples interrupciones que sufre el servicio. El material informático está empezando a quedar obsoleto lo que se agrava con las sucesivas ampliaciones y actualizaciones de la historia clínica digital.
Los profesionales están dando de sí mucho más de lo que se espera de ellos porque son conscientes de que si no fuera así los pacientes no recibirían la atención que se les debe, pero todo tiene un límite. El esfuerzo de los profesionales y sus bajas retribuciones es lo que está logrando mantener la gran calidad que caracteriza a la asistencia sanitaria en España, lo cual resulta más meritorio aún si se tienen en cuenta los escasos o casi nulos recursos asignados a formación continuada e investigación.
La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) quiere denunciar en definitiva que el sistema de financiación autonómica es absolutamente insuficiente para garantizar el adecuado funcionamiento de los servicios sanitarios y, consecuentemente, la exigible calidad que demandan los ciudadanos y los médicos queremos ofrecer.